ESPECTÁCULO TIEMPOS
ELEMENTOS
Pasado
Nuestro pasado, queridas sombras, es claro reflejo, es tiempo de pecado venial, es, con todo, feliz, alegre tiempo; es, como vosotros, claras sombras en un patio de butacas expectante y ansioso de unirse a la fiesta del presente, del futuro iluminado.
Ah, memoria y pasión de lo vivido y por vivir. Pasión de la memoria, memoria de la pasión. Vivir por ellas y para ellas, sin saber bien qué prevalece, en armoniosa confusión. La memoria y el tiempo juegan a la belleza. El recuerdo es la pasión diaria que se hace presente.
Poesía y verdad. Cuando el tiempo juega sobre nuestras cabezas, el espacio puede ser un sueño. La memoria es esteticista. De aquellas sombras, de vuestras sombras, viértase sólo claridad…
Nuestros recuerdos vuelven a golpear nuestro cerebro como el paso circular del tiempo, de la nostalgia y la melancolía, que a veces nos esclaviza vilmente como una variación reiterada de una música que insiste en su estructura, en su frecuencia secuencial: una gaita, un acordeón, una moto, un Seat 600, imágenes portadoras todas de ruido y de sonido. Así son los recuerdos, que dan vueltas, se van y vuelven, ensordeciendo nuestros cerebros.
El pasado es como una travesía en barco, un espectáculo que, aunque a nuestro lado y en nuestras almas, sólo se roza, se ve desde lejos, como se contempla un sueño en la distancia. Como la ola, como el propio barco, va y viene, como la gaita, como la moto. Tal que un paisaje visto desde la popa, se difumina la visión, se concreta un instante, y luego desaparece efímero, para volver a reaparecer cualquier día y sorprendernos con el encanto de lo-ya-vivido.
Y ya no sé, queridas sombras, qué prevalece en el recuerdo: la mentira y la verdad se confunden. Lo que sí sé es que todo es imperecedero, porque todo ha sido sometido a la ley de la elección, todo ha sido revisado, y sólo se ha salvado lo bello, lo claro, lo formal, lo hermoso. En nuestro juicio universal particularizado hemos salvado de los infiernos del olvido todo aquello que ha sido medio vivido y medio inventado, lo que ha sido premiado y va a ir al Cielo, lo que realmente merece la pena recordarse. Somos carne de pasado, y el Pasado sigue viajando y viajará con nosotros hasta el final del camino.
(UNO DE LOS TEXTOS DE TIEMPOS)